Podemos crear los estados de ánimo, independientemente de la emocionalidad que nos aporta la vida. Al cambiar la manera de mirar las cosas (condicionando así un estado de ánimo determinado), las cosas cambian para nuestro estado de ánimo, pero en sí mismas no, pues aparece la relatividad de la emocionalidad. Yo cambio pero, el cambio es solo para mí, cualquier otro observador puede no cambiarlo. Los estados de ánimo los creamos para mejor condicionar nuestras emociones.
Ser conscientes del sí mismo te conduce al control de la emocionalidad y a la puesta en práctica de un nuevo estado de ánimo más acorde con la paz interior.
EL ESTADO DE ÁNIMO
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