Hace unos días conversando con un grupo de personas, alguien dijo: “llevo años sin descansar, por las noches apenas duermo y durante el día me voy durmiendo por las esquinas” ¡Sorprendente! ¿Qué provoca esta situación? Y ahondando en el comentario descubrimos que no deja de pensar cuando se acuesta. ¿Por qué arrastramos hasta la cama los problemas y preocupaciones? y lo que es aún más interesante ¿Cómo no caer en pensamientos negativos o en la preocupación? Es en este momento cuando comienza el repaso personal, es cuando abrimos el espacio para escucharnos, para mirar en nuestro interior. Es el aprendizaje que necesitamos desde la niñez, Aprender a Vivir el Instante.
Disfrutar del momento, de la flor que miras, del pájaro que canta, de la canción que suena, de la felicidad que sientes en este momento. Esto implica saber que ahora, en este momento tenemos toda la vida, todas las posibilidades ¡están aquí! unas veces ganando y otras perdiendo. Esta enseñanza se trata de vaciar la copa cada noche para que la creación te la llene de agua nueva en el nuevo día. Es cierto que tenemos muchas influencias del exterior a través de la información que nos llena de nuevo la cabeza de preocupaciones, la economía, las guerras, las subidas de precios…etc. y sí, todo esto es real está ocurriendo todos los días y también está ocurriendo que amanece cada día, que hay una nueva mañana y esto también es noticia y ya nadie habla de eso. Este es un buen momento para volver a lo realmente importante, ¿Cuántas veces hemos escuchado decir a alguien, que ha conseguido superar una enfermedad grave, que valora mucho más todo lo que tiene y vive? Ahora en este momento estás y eres, cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida, que nada te distraiga de ti mismo deja los recuerdos del pasado o las preocupaciones del futuro, libérate de la ansiedad. Agradece y sonríe, mira con el cristal positivo a la vida y respira de forma consciente. Sorpréndete de lo que ocurre si lo aplicas en tu vida.