Desde hace unos años esta palabra “Despertar” la utilizamos para algo más que anunciar que dejamos de dormir. En todos los lugares del mundo, por muy remotos o lejanos que estén, se habla del Despertar de la Conciencia. El significado más acertado para esta expresión es la de ser capaces de abrirnos a la parte más sabia de nosotros. Por un tiempo, nuestro Ego, deja de ser el protagonista para poder activar y creer más en nuestra Alma, en las intuiciones. El Ego durante mucho tiempo ha dirigido nuestras vidas, la conciencia no podía testificar nada. Dormidos o atrapados por el Ego caminamos, trabajamos, conversamos, compartimos y en definitiva empleamos los días ajenos a la autentica realidad. Vemos como cada día los bebés nacen más despiertos, como los adultos vamos tomando conciencia de que somos algo más. Aunque un día y sin saber muy bien qué ha ocurrido, comenzamos a buscar, a preguntar, a leer inagotablemente información sobre espiritualidad y crecimiento personal. Unos con la necesidad de ayudar a los demás, realizando cursos de Reiki, otros con una imperiosa apertura solidaria colaborando con los más desfavorecidos, algunos con bastante angustia, pues las situaciones emocionales les han mermado la autoestima y algo más. Más o menos así es como nos ocurrió a un gran número de personas. Este es el primer “Despertar” y a partir de aquí se suceden infinitos. En estos momentos y tras el recorrido de la experiencia, me doy cuenta que eso que ocurrió hace días, meses o años, fue el comienzo de un camino que sólo va hacia el frente y por lo tanto un camino que lleva a “Despertar” cada cierto tiempo de nuevo. Hay un sólo camino para cada Ser y muchos Despertares, sólo hay que estar dispuesto a vivir y al tiempo disfrutar de ello y con ello.