Esta propuesta culinaria es especial para la temporada primavera-verano. El plato de hoy, Zarangollo, se puede tomar frío o caliente, recién hecho o después de reposar. Nos ofrece un sabor suave de cualquier forma y lo más importante un gran aporte a nuestro organismo de vitamina C. Es un antioxidante soluble en agua, que se puede disolver en los líquidos corporales y protege las células contra los radicales libres. El calabacín está compuesto de un 95% de agua. Este alimento no tiene ningún contenido calórico y si una muy buena cantidad de minerales y oligoelementos, además de fósforo, potasio, magnesio y calcio.
Ahora estamos en la temporada de Calabacín, los podemos encontrar a muy buen precio. Os detallo los ingredientes:
- 2 calabacines medianos
- 1 cebolla,
- 1 patata grande
- 2 huevos
- Aceite de oliva
- Sal
Primero troceamos la cebolla para sofreír, cortada muy pequeña y con un poco de aceite de oliva la pochamos. Lavar, pelar y trocear en dados pequeños, más o menos todos del mismo tamaño, el calabacín y la patata. Tanto para la patata como para el calabacín me gusta utilizar el pelador, pues gran parte de las vitaminas la verdura las lleva en la piel y justo debajo de ella. Cuando la cebolla está transparente añadimos el calabacín y la patata, salar y mantener a fuego suave, lo movemos suavemente hasta que se han hecho los ingredientes, unos 15 minutos aprox. Pasado este tiempo batimos el huevo y lo añadimos, removiendo mientras se cuaja. Revisamos de sal y listo para comer.