La materia es energía condensada, y en nuestro organismo la energía es regulada a través de un sistema de centros energéticos, o chacras, que establecen la conexión entre los niveles más sutiles de energía y las glándulas endocrinas. A su vez estas (las glándula endocrinas) transmiten el programa energético ordenado, a través de la secreción hormonal vertida en el torrente sanguíneo, que actúa sobre los receptores ubicados en diferentes sistemas y órganos del cuerpo.
Los chacras, por tanto, son centros de energía situados en el cuerpo astral, seis de ellos se encuentran localizados a lo largo del nadi sushumna y el séptimo, el saharara chacra en lo alto de la cabeza, en la coronilla. A todos se los representa con cierto número de pétalos, que corresponden al número de nadis que emanan de ellos, cada pétalo representa una vibración sonora que se produce cuando la energía kundalini atraviesa el chacra.
Vemos, pues, que los centros de energía son puntos nodales, los siete centros primarios se conectan con veintiún centros secundarios que representan los puntos de anclaje o soporte de la energía. Todo este sistema de frecuencias armónicas se precipita en un patrón vibracional más lento y en última instancia se condensa en los nervios, los vasos sanguíneos y la matrix celular. Este sistema de correspondencias establece relaciones de interdependencia entre el sistema inorgánico y orgánico, además de energías densas y sutiles, colores, sonidos, formas, órganos, emociones, pensamientos, y patrones de orden más sutiles o arquetipos, así que cada centro de energía o chacra resuena con una parte del espectro que se corresponde en resonancia con las glándulas endocrinas, órganos y sistemas biológicos que son nutridos energéticamente por cada chacra.
Los nadis se definen como canales o tubos nerviosos (por decirlo así) del cuerpo astral, a través de los cuales fluye el prana. Las asanas y el Pranayama están destinados a la purificación de los nadis, porque cuando estos se hallan bloqueados, el prana no puede fluir libremente de lo cual resulta disminución de la salud.
De acuerdo con los antiguos yoguis, hay unos setenta y dos mil nadis o “canales”, y de todos ellos el más importante es sushumna, cuya contraparte en el cuerpo físico es la médula espinal. A cada lado del sushumna hay otros dos nadis importantes llamados ida y pingala, que corresponden a los ganglios simpáticos de la médula espinal.
La kundalini es una energía cósmica enroscada o dormida (estática) situada en un lugar debajo del plexo sacro llamado kanda y que se dice tiene forma de huevo. Cuando esta energía se activa el sushumna es iluminado, potenciado así las cualidades inherentes propias de cada chacra.